En los últimos tiempos, las obleas se han destapado como un aliado perfecto en la cocina de vanguardia. Son decenas las recetas que hemos mostrado a través de nuestras redes sociales, ofreciendo una visión culinaria de un producto que llevamos elaborando durante más de 150 años en la localidad salmantina de Cipérez.
En decenas de países, la oblea sigue considerándose un mero producto tradicional, destinado casi siempre al desayuno: obleas untadas en mermelada, mantequilla, miel y queso o blanco o, simplemente, mojadas en la leche o café conforman un equilibrado desayuno acompañado de una o varias piezas de fruta. A día de hoy, han experimentado un gran salto de calidad y de popularidad incorporadas de forma consolidada ya no solo en desayunos o postres, sino de forma más que efectiva en multitud de platos: tanto en principales, secundarios o como punto de partida en forma de entrantes y aperitivos en eventos como bodas, convenciones o todo tipo de celebraciones.
Todo esto nos lleva a pensar que la pregunta que nos hacemos en el título de este post tiene una respuesta muy sencilla: la oblea es un producto tradicional perfecto para todo tipo de elaboraciones en los distintos ámbitos de la cocina.
No nos cabe duda de que pasen los años que pasen las obleas siempre van a estar de moda. Y es que, en Obleas Pan de Ángel, no nos planteamos otra cosa que no sea apostar al 100% por nuestro negocio. Hecho como cuando empezamos en 1810 pero adaptados a las necesidades y sobre todo a los retos que se presentan a diario con la constante evolución de la sociedad y, por tanto, de la gastronomía.
